Mantener en buen estado los pinceles, brochas y rodillos es fundamental para poder disponer de ellos.
Lo primero que debes hacer, una vez finalizada la tarea de pintar, es limpiar las herramientas que has empleado. Así que te recomendamos que ¡no vuelvas a dejarlo para “mañana”!.
Antes de nada, deberás tener muy en cuenta el tipo de pintura que has utilizado.
Si has empleado pinturas de látex, ecológicas y colas blancas, es decir, productos en base agua, te bastará con lavar tus herramientas con agua y jabón.
En caso de haber empleado pinturas al aceite, con pigmentos y esmaltes sintéticos, esto es, pinturas al disolvente, deberás decantarte por disolventes y aguarrás.
Introduce las brochas o rodillos en un cubo con disolvente y déjalo actuar unos minutos hasta que se despegue la pintura. Puedes remover el disolvente con los propios útiles para acelerar el proceso.
Una vez que están libres de pintura, lávalos con agua y jabón, y déjalos secar muy bien. ¡Quedarán impecables!
¿Brochas estropeadas?
He guardado mis brochas sin limpiar y ahora las cerdas están secas, ¿qué hago?
¡Tranquil@, todavía hay esperanza!
Introduce los útiles en disolvente hasta que la pintura se ablande (tardará unas horas)
Frota las herramientas con papel de periódico viejo para eliminar los restos de pintura
Lávalas con agua y jabón, deja secar y ¡listo!
Si el disolvente no funciona, prueba con el decapante
Sumerge los utensilios en decapante durante unos minutos frotando con un cepillo de raíces
Cuando los restos de pintura se hayan ablandado, seca en papel de periódico.
¿Cómo guardo las herramientas?
Primero, asegúrate de que están totalmente secas para evitar su deterioro. ¡Los mangos metálicos y de madera se pueden oxidar o pudrir si los guardas mojados!
A la hora de guardar pinceles, brochas y rodillos, puedes colgarlos boca abajo y taparlos con una tela, por ejemplo, para que no se llenen de polvo. Otra opción es meterlos en bolsas de plástico bien cerradas.